Málaga en la Guerra Civil Española

Actualizado: 28 de diciembre de 2024 Lectura en 3 min

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Málaga era una ciudad claramente republicana al principio de la Guerra Civil Española, pero esto cambiaría en el año 1937 cuando el bando nacional decide tomar este enclave estratégico sabiendo que esta sería una de las claves para salir victoriosos del conflicto...

Málaga en la Guerra Civil al comienzo del conflicto

El 17 de julio de 1936 comenzó el levantamiento militar que daría inicio a la Guerra Civil Española. En Málaga, el apoyo popular a la República fue evidente desde el principio. A pesar de que algunos militares comandados por el capitán Huelin intentaron llevar a cabo un levantamiento tras escuchar lo ocurrido en Melilla, abandonaron la idea tras ver que tenían muy pocos apoyos y fueron arrestados al regresar al cuartel militar. Tras conocerse la sublevación, las organizaciones obreras y sindicatos tomaron las calles, requisaron armas y organizaron milicias para defender la ciudad.

En los primeros meses de la Guerra Civil, Málaga continuó bajo control republicano, pero la rápida toma de las ciudades vecinas por parte de los sublevados, junto con el apoyo italiano, hicieron que se fuese debilitando cada vez más y fuese teniendo cada vez menos apoyos cercanos.

Las tropas nacionales buscaban tomar Andalucía lo antes posible para facilitar la entrada de las tropas de Marruecos a la península. Esa fue una de las claves del desenlace que tuvo la guerra, ya que el apoyo de más de 70.000 soldados marroquíes para el bando nacional supuso un porcentaje importante de sus tropas.

Pero, ¿por qué era tan importante tomar Málaga para los franquistas durante la Guerra Civil Española? Málaga es la segunda ciudad más grande de Andalucía y tiene un gran puerto con acceso al mar Mediterráneo, esto facilitaría las comunicaciones con otros puntos estratégicos y acortaría el frente. Conoce más sobre el puerto de Málaga en nuestro free tour de Málaga imprescindible.

La Batalla de Málaga y la caída de la ciudad: 1937

Ya en enero de 1937, las tropas nacionales apoyadas por los fascistas italianos preparaban la entrada en Málaga. Fueron rodeando la ciudad y bombardeándola para ir debilitándola y destruyendo la moral de la población. Contaban con una clara superioridad numérica (unos 25.000 soldados en total) y una gran cantidad de artillería.

El evento más trágico de la guerra en la ciudad ocurrió en febrero de 1937, con la llamada Batalla de Málaga. El 3 de febrero, las fuerzas sublevadas lanzaron una ofensiva coordinada. Bajo el mando del general Queipo de Llano y con apoyo de tropas italianas fascistas enviadas por orden del Ministro de Asuntos Exteriores de Italia Galeazzo Ciano (yerno de Mussolini), los sublevados avanzaron rápidamente hacia la ciudad.

El 8 de febrero de 1937, Málaga cayó ante las tropas franquistas. Tras días de intensos combates y bombardeos, los republicanos alzaron la bandera blanca en la Alcazaba de Málaga y los nacionales entraron en la ciudad sin resistencia.

El escritor Arthur Koestler, quien se encontraba en la ciudad en ese momento, escribió: «Los que ayer levantaban el puño con convicción, hoy levantan el brazo con el mismo ardor español». Koestler fue condenado a muerte pero, al ser periodista acreditado, decidieron no asesinarlo e intercambiarlo con los ingleses por una prisionera (la mujer del aviador nacional Carlos de la Haya).

Ejército nacional desfilando por las calles de Málaga tras haber tomado la ciudad
Ejército nacional desfilando por las calles de Málaga tras haber tomado la ciudad

Los nacionales encontraron un gran tesoro que seguramente no esperaban: el brazo incorrupto de Santa Teresa de Ávila. Los milicianos se lo habían apropiado en el convento de las carmelitas de Ronda.

La parte más negra de Málaga en la Guerra Civil: la masacre en la carretera a Almería

El día 7 de febrero, con los nacionales a las puertas, muchos malagueños decidieron escapar de la ciudad por la carretera de Almería (la única vía de escape aparentemente segura). Esta huida se conoció como «la Desbandá».

El día 8 de febrero, tras la toma de la ciudad por parte de los nacionales, la carretera a Almería fue bombardeada y un número indeterminado de civiles indefensos fueron asesinados. A día de hoy, no se conoce demasiado sobre esta masacre, salvo los testimonios de algunos testigos y supervivientes.

Mujeres y niños malagueños en «la Desbandá»
Foto de «la Desbandá». Hay una veintena de mujeres y niños, y sólo se distinguen 3 hombres.

Hay diferentes versiones, pero no hay una cifra exacta de cuántas personas huyeron. Se calcula que entre 15.000 y 150.000 personas huyeron y que murieron entre 3.000 y 5.000. Los datos son muy dispares debido a las diferentes fuentes de diferentes bandos.

Es posible que la cifra de huidos se acerque más a los 150.000 que a los 15.000, ya que, además del periódico New York Times, el periódico ABC señaló que la población de almería parecía haberse multiplicado por 4.

Resto de la guerra (1937-1939)

Tras tomar la ciudad, todos aquellos sospechosos de ser republicanos o de izquierdas fueron fusilados en el acto o capturados. Muchos de los capturados fueron fusilados poco después. Las propias fuentes falangistas mencionaban unos 6000 prisioneros. Se han encontrado unos 3600 cadáveres confirmados en las fosas de los cementerios malagueños. Según el escritor británico Hugh Thomas, hubo unos 4000 fusilados, aunque no se sabe con certeza.

Durante el resto de la guerra, no ocurrieron hechos especialmente relevantes en la capital de la Costa del Sol. El bando nacional se benefició de las ventajas de tener un puerto como el de Málaga y las aprovechó para mejorar las comunicaciones con Mallorca, Marruecos e Italia. El 19 de febrero de 1939, Mussolini visitó Málaga y se encontró con Franco, reforzando así la relación entre España e Italia.

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